Por Facundo Rigatuso *
En el día de hoy tuve la oportunidad de leer el comentario de Esteban Blanco sobre el conflicto agrario. Para responder su argumento en apoyo al "campo" -que no es más que el argumento recurrente que los medios han logrado instalar en la sociedad y que consiste nada más y nada menos que en tratar de defenestrar al gobierno desinteresándose del problema raíz: la superexplotación de la soja y la exponencial suba del precio en el mercado internacional, la concentración de las ganancias y los peligros para el mercado interno que conlleva una continuación del actual plan de producción y exportación- me limitaré a adjuntar dos textos: el primero, un comunicado del MOCASE; el segundo, una reflexión de docentes de Buenos Aires; ambos referidos a lo mismo: la voluntad mezquina de inflexión social que ofrece el poder económico y los peligros de una sociedad sin pensamiento crítico y carente de memoria .
Algunas memorias ante las protestas del 'campo argentino'
MOCASE, Vía Campesina
Red Latina Sin Frontera, 27/03/08
1- Nosotros, miembros de comunidades indígenas, campesinas y campesinos organizados en territorios, hacemos memoria de que la Tierra es un bien aún lleno de vida diversa, donde la humanidad y los pueblos quieren desarrollar los sentidos de la existencia.
2- Las grandes corporaciones de las cadenas agroindustriales vienen imponiendo a los pueblos y países un modelo de producción alimentaria cuyo único objetivo es la rentabilidad y concentración de la riquezas en pocas manos con la complicidad activa de gobiernos, empresarios y, en el caso del 'paro del campo', de los miembros de las cuatro entidades agropecuarias de Argentina.
3- El doble discurso de los dirigentes de la FAA, los ha llevado a un callejón sin salida. Sus prácticas reproducen el modelo de saqueo y contaminación tanto de la tierra, los territorios, como así también de su mentirosa pretensión de representar las luchas más genuinas de los movimientos campesinos en Argentina.
4- Este modelo neoliberal, de saqueo y contaminación, reproducen nuevas formas de colonización y genocidio. ¿Qué hicieron estas entidades cuando en la etapa menemista del neoliberalismo más salvaje desaparecían más de 200 unidades familiares de producción agraria?
5- ¿Qué han hecho y hacen esas entidades agropecuarias ante los asesinatos, cárceles, persecuciones, torturas y enfrentamiento con paramilitares y topadoras que sufren hoy miles y miles de familias de pueblos originarios y campesinos?
6- Dicen hacer el paro por el No a las retenciones y No a la desaparición de los pequeños y medianos productores, pero algunos empresarios y productores que han contratado matones para desalojar pequeños y medianos productores son miembros de esas entidades.
7- Rescatamos algo positivo de este paro de las entidades agropecuarias y sus miembros: se sacaron la careta de luchadores por un modelo de país digno, justo y para todos. Mostraron su verdadero rostro: creen que el país es para unos pocos que obedecen los dictámenes de las grandes corporaciones transnacionales de la alimentación.
8- Estamos en algo de acuerdo: el dinero de todos los impuestos tendría que estar controlado por todos, porque todas y todos pagamos impuestos en la Argentina, no solo los productores y empresarios del campo. Proponemos mecanismos de participación directa tanto de cómo producir riqueza como de la distribución de la misma.
9- Como un primer paso de acuerdos y consensos proponemos que el extra de las retenciones sirva para que no desaparezcan los pequeños y medianos productores, artesanos, artistas, deportistas, etc. Que esos fondos preparen el proyecto de una Reforma Agraria Integral con Soberanía Alimentaria. Estaticemos las exportaciones, que no queden más en manos de las grandes corporaciones transnacionales.
10- Con Vía Campesina decimos que la respuesta a la crisis global del precio de los alimentos: La Agricultura Familiar Sostenible puede alimentar el mundo. Los alimentos no pueden ser objeto de ganancias ilimitadas. La Biodiversidad es una riqueza de los pueblos.
11- Las organizaciones de campesinos, miembros de Vía Campesina, declaran que todos los acuerdos de libre intercambio tanto bilaterales como bi-regionales, llámense Tratados de libre comercio, Acuerdos de libre comercio o Acuerdos de partenariado económico, comparten la misma naturaleza. Estos acuerdos suponen un saqueo de los bienes naturales y sólo benefician a las empresas multinacionales, en detrimento del conjunto de los pueblos del mundo y el medio ambiente.
...
¿Y SI VAMOS A LA PLAZA?
Estamos quietos. ¿Cuántos somos?
Estamos mirando por TV, preocupados. Estamos con la radio prendida, preocupados. Estamos tensos. Estamos con el pueblo –o queremos estarlo- y no somos kirchneristas, pero estamos preocupados.
Todavía no fuimos a la plaza. No nos gusta D´Elia, no nos gusta que nuestros parientes o amigos le digan que no a D´Elía, a los piqueteros y a la sociedad rural, todo por igual. No nos gusta que el gobierno se diga popular y no lo sea. No nos gusta que la izquierda salga a decir "ni con la oligarquía ni con el gobierno" como si fueran dos caras de una moneda falsa. No nos gusta que le llamen a esto una pueblada. No nos gusta que el gobierno diga "con ellos o con nosotros" porque deja afuera a muchos. No nos gusta que las retenciones se usen más para pagar la deuda externa que para redistribuir ingresos.
Pero estamos nerviosos. ¿Golpe de Estado? No sabemos. Es poco probable. Poco probable si pensamos que un golpe de estado se hace solamente con cuarteles y generales. ¿Pero cómo son los golpes de Estado en el siglo XXI?
Supongamos que esto sigue. Supongamos que mañana renuncia el vicepresidente Cobos. Que empieza a faltar la carne, en serio. A faltar la leche. Supongamos que los transportistas vuelven al paro y la clase media se pierde otro fin de semana largo. Supongamos que recoleta estalla en cacerolas. No es suficiente para que Cristina renuncie. Pero supongamos que todo sigue y sigue y sigue y sigue y pasan los días o meses, y finalmente Cristina renuncia. Supongamos que asume como presidente provisional el presidente de la cámara de diputados, que llama a elecciones, que gana Macri, o Carrió, o Rodríguez Saa, o Lopez Murphi, o cualquiera. Eso fue un golpe de Estado: un presidente se ve obligado a renunciar por el accionar de un sector de la economía. Porque el objetivo máximo al que aspiran, es a la renuncia de la Presidente. ¿O tenemos dudas de eso?
¿Se acuerdan de 1989? Golpe de mercado, le llamaron. Igual a Alfonsín le quedaba poco tiempo. Pero sirve como ejemplo. En los 80 se repetían las crisis de la deuda externa. Los países como el nuestro no podían pagarle al FMI y al BM los vencimientos de la deuda. El FMI y el BM elaboran el plan Baker. Consistía en pagar la deuda externa con activos del estado. Es decir, con empresas de servicios públicos. Es decir, privatizar. En 1987 el ministro de obras públicas de Alfonsín, Rodolfo Terragno, presenta un proyecto de ley para privatizar Aerolíneas y ENTEL. La mitad se lo iba a quedar el Estado. La ley llega a la cámara de diputados. El PJ había ganado las elecciones parlamentarias y rechaza el proyecto de ley. El gobernador de la Rioja se oponía firmemente: "Claro, algunos solucionan todo muy fácil: quieren privatizar empresas y racionalizar 100000 empleados públicos. No piensan en el costo social de semejante operación, en la desocupación que eso generaría (...) estoy haciendo hincapié en su auténtica nacionalizació n. Un caso es el de los teléfonos: Vino la dictadura y despilfarró 500 millones de dólares (...) Con políticas como éstas, es muy fácil insistir en que hay que privatizar ENTEL"[1]. Era Carlos Menem, quien ganaría las elecciones con un discurso anti-liberal.
¿Qué se imaginan que pasó? Repasemos: Alfonsín le dice al FMI que no le puede pagar. El FMI le dice que le pague con empresas. Alfonsín propone privatizar. El congreso le dice que no. ¿Qué hizo el sector financiero local y extranjero? Una corrida bancaria. La hiperinflació n fue generada por los bancos extranjeros. Fue el mecanismo elegido por un sector de la economía para generar caos, desabastecimiento, y pedir la cabeza del presidente. Alfonsín renunció antes de tiempo, Menem asumió con más legitimidad, y aplicó las "propuestas" del FMI convirtiéndose en su mejor alumno.
Otro escenario: Supongamos que Cristina no renuncia. Supongamos que da marcha atrás con las retenciones. Genial. Otra vez, una vez más en la historia argentina, un sector dominante de la economía argentina le impone las políticas al gobierno de turno. No digo que esto no esté pasando esto ahora. De hecho: ¿Cuál es el sector de la economía más favorecido por la política económica del kirchnerismo? ¡¡¡Los exportadores! !! El tipo de cambio alto, la sojización de la economía, son propuestas del kirchnerismo. Pero hay formas de gobernar. No todos los gobiernos son iguales. Pocas veces un gobierno hace tan bien los deberes para convertirse en mejor alumno de un grupo de presión trasnacional como es el FMI. Y pocas veces la coyuntura económica permite que todos los sectores dominantes sean igualmente favorecidos. Hay pocos Menem, pocos de la Rua. Casi ningún gobierno latinoamericano privatizó hasta las áreas más estratégicas. Brasil no privatizó el petróleo. Chile no privatizó el cobre. Uruguay no privatizó su petrolera. Y todos aplicaron el neoliberalismo. Todos gobernaron para el sector financiero, para las multinacionales. Pero nadie lo hizo como Menem, como Cavallo. Sin medias tintas. Sin límites. Sin negociar, sino directamente entregar.
Este gobierno no es un gobierno popular. Pero negocia. No entrega el patrimonio nacional sin nada a cambio. No favorece a un solo sector. Le da mucho a los ricos, sí. Pero negocia, hay contradicciones dentro del gobierno. Algunos pujan un poco más por la redistribució n. No podemos negar eso. El gobierno no tiene tan claro su proyecto como lo tenía Menem. Eso es un buen síntoma: si el proyecto político está claro, es porque se va a gobernar para un solo sector y ya sabemos que no es el gobierno de la clase obrera. Pero dar marcha atrás en las retenciones es dar un paso atrás en muchos otros aspectos. Es darle el sí al sector más poderoso de la economía argentina. Es favorecer el aumento de la leche, de la carne. Este gobierno no va a hacer la reforma agraria. Pero hay que frenar a los golpistas. Sí, digo golpistas porque quieren la renuncia del presidente y sobre todo quieren un gobierno que tenga muy claro para donde va. Un gobierno como el de Menem, un gobierno que entregue sin negociar. Golpistas entonces porque eso buscan. Las posibilidades reales de lograrlo, se construyen históricamente y están intentando construirlas. No estamos con Cristina. Pero estamos con las retenciones. Estamos contra la oligarquía. Entonces, hoy, tenemos que hacer algo para evitar la presión de estos grupúsculos que se llenan de plata. ¿Pequeños productores? Basta de mentiras. Los pequeños productores se matan para llegar a cosechar lo necesario para dar de comer a su familia, para que les quede un excedente para intercambiar por zapatillas, por leña o por gas para calefaccionar sus ranchos. Los pequeños productores producen para el consumo, no exportan. Poco importan para la sociedad. Nadie los ve, nadie los escucha. La mayoría silenciosa está en el campo cosechando, pasando frío, son las pequeñas comunidades indígenas o lo que quedó de ellas, cada vez más pateadas para el lado de la cordillera, cada vez con tierras menos fértiles.
El primer gobierno peronista monopolizó la exportación de granos. Los productores eran obligados a venderle todo su excedente al Estado. El estado decía a qué precio. El Estado exportaba y se quedaba con la diferencia. Un poroto de soja, al lado de este impuestito. Esa plata se usó para industrializar.
Si la plata de las retenciones no se usa para lo que se debe, discutámoslo después. Si las necesidades del pueblo, si el problema real del campo se soluciona con una reforma agraria, construyamos una organización popular que la haga posible. Pero ahora, siendo lo que somos, ¿vamos a seguir viéndolo por la tele? ¿No deberíamos salir a la calle y opinar? Si miramos todo desde afuera, ¿no estamos también cayendo en el binomio que tanto criticamos? Si no todo es blanco o negro, entonces no nos quedemos con nuestro rojo en casa. Salgamos a la calle a ponerle color a la cosa.
¿Somos muy pocos? ¿Dónde estamos? ¿Dónde estamos los docentes? ¿Dónde los estudiantes? ¿Los trabajadores? ¿Los sindicatos independientes? ¿Las asambleas? ¿No vamos a tomar posición? Estamos quietos. ¿Somos kirchneristas si vamos a la plaza de mayo? ¿Por qué no podemos salir a gritar en contra del intento golpista? ¿Por qué no podemos salir a gritar por el "sí a las retenciones" ? ¿Tenemos miedo de quedar pegados? Pongamos un cartel bien grande, ni con la oligarquía ni con la deuda externa. Sí a las retenciones.
* DNI 34732861
En el día de hoy tuve la oportunidad de leer el comentario de Esteban Blanco sobre el conflicto agrario. Para responder su argumento en apoyo al "campo" -que no es más que el argumento recurrente que los medios han logrado instalar en la sociedad y que consiste nada más y nada menos que en tratar de defenestrar al gobierno desinteresándose del problema raíz: la superexplotación de la soja y la exponencial suba del precio en el mercado internacional, la concentración de las ganancias y los peligros para el mercado interno que conlleva una continuación del actual plan de producción y exportación- me limitaré a adjuntar dos textos: el primero, un comunicado del MOCASE; el segundo, una reflexión de docentes de Buenos Aires; ambos referidos a lo mismo: la voluntad mezquina de inflexión social que ofrece el poder económico y los peligros de una sociedad sin pensamiento crítico y carente de memoria .
Algunas memorias ante las protestas del 'campo argentino'
MOCASE, Vía Campesina
Red Latina Sin Frontera, 27/03/08
1- Nosotros, miembros de comunidades indígenas, campesinas y campesinos organizados en territorios, hacemos memoria de que la Tierra es un bien aún lleno de vida diversa, donde la humanidad y los pueblos quieren desarrollar los sentidos de la existencia.
2- Las grandes corporaciones de las cadenas agroindustriales vienen imponiendo a los pueblos y países un modelo de producción alimentaria cuyo único objetivo es la rentabilidad y concentración de la riquezas en pocas manos con la complicidad activa de gobiernos, empresarios y, en el caso del 'paro del campo', de los miembros de las cuatro entidades agropecuarias de Argentina.
3- El doble discurso de los dirigentes de la FAA, los ha llevado a un callejón sin salida. Sus prácticas reproducen el modelo de saqueo y contaminación tanto de la tierra, los territorios, como así también de su mentirosa pretensión de representar las luchas más genuinas de los movimientos campesinos en Argentina.
4- Este modelo neoliberal, de saqueo y contaminación, reproducen nuevas formas de colonización y genocidio. ¿Qué hicieron estas entidades cuando en la etapa menemista del neoliberalismo más salvaje desaparecían más de 200 unidades familiares de producción agraria?
5- ¿Qué han hecho y hacen esas entidades agropecuarias ante los asesinatos, cárceles, persecuciones, torturas y enfrentamiento con paramilitares y topadoras que sufren hoy miles y miles de familias de pueblos originarios y campesinos?
6- Dicen hacer el paro por el No a las retenciones y No a la desaparición de los pequeños y medianos productores, pero algunos empresarios y productores que han contratado matones para desalojar pequeños y medianos productores son miembros de esas entidades.
7- Rescatamos algo positivo de este paro de las entidades agropecuarias y sus miembros: se sacaron la careta de luchadores por un modelo de país digno, justo y para todos. Mostraron su verdadero rostro: creen que el país es para unos pocos que obedecen los dictámenes de las grandes corporaciones transnacionales de la alimentación.
8- Estamos en algo de acuerdo: el dinero de todos los impuestos tendría que estar controlado por todos, porque todas y todos pagamos impuestos en la Argentina, no solo los productores y empresarios del campo. Proponemos mecanismos de participación directa tanto de cómo producir riqueza como de la distribución de la misma.
9- Como un primer paso de acuerdos y consensos proponemos que el extra de las retenciones sirva para que no desaparezcan los pequeños y medianos productores, artesanos, artistas, deportistas, etc. Que esos fondos preparen el proyecto de una Reforma Agraria Integral con Soberanía Alimentaria. Estaticemos las exportaciones, que no queden más en manos de las grandes corporaciones transnacionales.
10- Con Vía Campesina decimos que la respuesta a la crisis global del precio de los alimentos: La Agricultura Familiar Sostenible puede alimentar el mundo. Los alimentos no pueden ser objeto de ganancias ilimitadas. La Biodiversidad es una riqueza de los pueblos.
11- Las organizaciones de campesinos, miembros de Vía Campesina, declaran que todos los acuerdos de libre intercambio tanto bilaterales como bi-regionales, llámense Tratados de libre comercio, Acuerdos de libre comercio o Acuerdos de partenariado económico, comparten la misma naturaleza. Estos acuerdos suponen un saqueo de los bienes naturales y sólo benefician a las empresas multinacionales, en detrimento del conjunto de los pueblos del mundo y el medio ambiente.
...
¿Y SI VAMOS A LA PLAZA?
Estamos quietos. ¿Cuántos somos?
Estamos mirando por TV, preocupados. Estamos con la radio prendida, preocupados. Estamos tensos. Estamos con el pueblo –o queremos estarlo- y no somos kirchneristas, pero estamos preocupados.
Todavía no fuimos a la plaza. No nos gusta D´Elia, no nos gusta que nuestros parientes o amigos le digan que no a D´Elía, a los piqueteros y a la sociedad rural, todo por igual. No nos gusta que el gobierno se diga popular y no lo sea. No nos gusta que la izquierda salga a decir "ni con la oligarquía ni con el gobierno" como si fueran dos caras de una moneda falsa. No nos gusta que le llamen a esto una pueblada. No nos gusta que el gobierno diga "con ellos o con nosotros" porque deja afuera a muchos. No nos gusta que las retenciones se usen más para pagar la deuda externa que para redistribuir ingresos.
Pero estamos nerviosos. ¿Golpe de Estado? No sabemos. Es poco probable. Poco probable si pensamos que un golpe de estado se hace solamente con cuarteles y generales. ¿Pero cómo son los golpes de Estado en el siglo XXI?
Supongamos que esto sigue. Supongamos que mañana renuncia el vicepresidente Cobos. Que empieza a faltar la carne, en serio. A faltar la leche. Supongamos que los transportistas vuelven al paro y la clase media se pierde otro fin de semana largo. Supongamos que recoleta estalla en cacerolas. No es suficiente para que Cristina renuncie. Pero supongamos que todo sigue y sigue y sigue y sigue y pasan los días o meses, y finalmente Cristina renuncia. Supongamos que asume como presidente provisional el presidente de la cámara de diputados, que llama a elecciones, que gana Macri, o Carrió, o Rodríguez Saa, o Lopez Murphi, o cualquiera. Eso fue un golpe de Estado: un presidente se ve obligado a renunciar por el accionar de un sector de la economía. Porque el objetivo máximo al que aspiran, es a la renuncia de la Presidente. ¿O tenemos dudas de eso?
¿Se acuerdan de 1989? Golpe de mercado, le llamaron. Igual a Alfonsín le quedaba poco tiempo. Pero sirve como ejemplo. En los 80 se repetían las crisis de la deuda externa. Los países como el nuestro no podían pagarle al FMI y al BM los vencimientos de la deuda. El FMI y el BM elaboran el plan Baker. Consistía en pagar la deuda externa con activos del estado. Es decir, con empresas de servicios públicos. Es decir, privatizar. En 1987 el ministro de obras públicas de Alfonsín, Rodolfo Terragno, presenta un proyecto de ley para privatizar Aerolíneas y ENTEL. La mitad se lo iba a quedar el Estado. La ley llega a la cámara de diputados. El PJ había ganado las elecciones parlamentarias y rechaza el proyecto de ley. El gobernador de la Rioja se oponía firmemente: "Claro, algunos solucionan todo muy fácil: quieren privatizar empresas y racionalizar 100000 empleados públicos. No piensan en el costo social de semejante operación, en la desocupación que eso generaría (...) estoy haciendo hincapié en su auténtica nacionalizació n. Un caso es el de los teléfonos: Vino la dictadura y despilfarró 500 millones de dólares (...) Con políticas como éstas, es muy fácil insistir en que hay que privatizar ENTEL"[1]. Era Carlos Menem, quien ganaría las elecciones con un discurso anti-liberal.
¿Qué se imaginan que pasó? Repasemos: Alfonsín le dice al FMI que no le puede pagar. El FMI le dice que le pague con empresas. Alfonsín propone privatizar. El congreso le dice que no. ¿Qué hizo el sector financiero local y extranjero? Una corrida bancaria. La hiperinflació n fue generada por los bancos extranjeros. Fue el mecanismo elegido por un sector de la economía para generar caos, desabastecimiento, y pedir la cabeza del presidente. Alfonsín renunció antes de tiempo, Menem asumió con más legitimidad, y aplicó las "propuestas" del FMI convirtiéndose en su mejor alumno.
Otro escenario: Supongamos que Cristina no renuncia. Supongamos que da marcha atrás con las retenciones. Genial. Otra vez, una vez más en la historia argentina, un sector dominante de la economía argentina le impone las políticas al gobierno de turno. No digo que esto no esté pasando esto ahora. De hecho: ¿Cuál es el sector de la economía más favorecido por la política económica del kirchnerismo? ¡¡¡Los exportadores! !! El tipo de cambio alto, la sojización de la economía, son propuestas del kirchnerismo. Pero hay formas de gobernar. No todos los gobiernos son iguales. Pocas veces un gobierno hace tan bien los deberes para convertirse en mejor alumno de un grupo de presión trasnacional como es el FMI. Y pocas veces la coyuntura económica permite que todos los sectores dominantes sean igualmente favorecidos. Hay pocos Menem, pocos de la Rua. Casi ningún gobierno latinoamericano privatizó hasta las áreas más estratégicas. Brasil no privatizó el petróleo. Chile no privatizó el cobre. Uruguay no privatizó su petrolera. Y todos aplicaron el neoliberalismo. Todos gobernaron para el sector financiero, para las multinacionales. Pero nadie lo hizo como Menem, como Cavallo. Sin medias tintas. Sin límites. Sin negociar, sino directamente entregar.
Este gobierno no es un gobierno popular. Pero negocia. No entrega el patrimonio nacional sin nada a cambio. No favorece a un solo sector. Le da mucho a los ricos, sí. Pero negocia, hay contradicciones dentro del gobierno. Algunos pujan un poco más por la redistribució n. No podemos negar eso. El gobierno no tiene tan claro su proyecto como lo tenía Menem. Eso es un buen síntoma: si el proyecto político está claro, es porque se va a gobernar para un solo sector y ya sabemos que no es el gobierno de la clase obrera. Pero dar marcha atrás en las retenciones es dar un paso atrás en muchos otros aspectos. Es darle el sí al sector más poderoso de la economía argentina. Es favorecer el aumento de la leche, de la carne. Este gobierno no va a hacer la reforma agraria. Pero hay que frenar a los golpistas. Sí, digo golpistas porque quieren la renuncia del presidente y sobre todo quieren un gobierno que tenga muy claro para donde va. Un gobierno como el de Menem, un gobierno que entregue sin negociar. Golpistas entonces porque eso buscan. Las posibilidades reales de lograrlo, se construyen históricamente y están intentando construirlas. No estamos con Cristina. Pero estamos con las retenciones. Estamos contra la oligarquía. Entonces, hoy, tenemos que hacer algo para evitar la presión de estos grupúsculos que se llenan de plata. ¿Pequeños productores? Basta de mentiras. Los pequeños productores se matan para llegar a cosechar lo necesario para dar de comer a su familia, para que les quede un excedente para intercambiar por zapatillas, por leña o por gas para calefaccionar sus ranchos. Los pequeños productores producen para el consumo, no exportan. Poco importan para la sociedad. Nadie los ve, nadie los escucha. La mayoría silenciosa está en el campo cosechando, pasando frío, son las pequeñas comunidades indígenas o lo que quedó de ellas, cada vez más pateadas para el lado de la cordillera, cada vez con tierras menos fértiles.
El primer gobierno peronista monopolizó la exportación de granos. Los productores eran obligados a venderle todo su excedente al Estado. El estado decía a qué precio. El Estado exportaba y se quedaba con la diferencia. Un poroto de soja, al lado de este impuestito. Esa plata se usó para industrializar.
Si la plata de las retenciones no se usa para lo que se debe, discutámoslo después. Si las necesidades del pueblo, si el problema real del campo se soluciona con una reforma agraria, construyamos una organización popular que la haga posible. Pero ahora, siendo lo que somos, ¿vamos a seguir viéndolo por la tele? ¿No deberíamos salir a la calle y opinar? Si miramos todo desde afuera, ¿no estamos también cayendo en el binomio que tanto criticamos? Si no todo es blanco o negro, entonces no nos quedemos con nuestro rojo en casa. Salgamos a la calle a ponerle color a la cosa.
¿Somos muy pocos? ¿Dónde estamos? ¿Dónde estamos los docentes? ¿Dónde los estudiantes? ¿Los trabajadores? ¿Los sindicatos independientes? ¿Las asambleas? ¿No vamos a tomar posición? Estamos quietos. ¿Somos kirchneristas si vamos a la plaza de mayo? ¿Por qué no podemos salir a gritar en contra del intento golpista? ¿Por qué no podemos salir a gritar por el "sí a las retenciones" ? ¿Tenemos miedo de quedar pegados? Pongamos un cartel bien grande, ni con la oligarquía ni con la deuda externa. Sí a las retenciones.
* DNI 34732861
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