Por Daniel Moliterno *
El domingo próximo pasado me tope en la televisión con una entrevista a Juan Carlos Tedesco; Ministro de Educación de la Nación, funcionario que no goza de mi simpatía. Sin embargo, para mi sorpresa, realizó dos afirmaciones que vale la pena resaltar. Una: que el principal factor para una correcta oferta educativa SON LOS DOCENTES; la otra: que debe destacarse la actitud de los gobiernos tanto de la ciudad como de la provincia de Buenos Aires en cuanto a retomar la discusión salarial con los docentes de sus jurisdicciones, agregando que es inaceptable que un gobierno se aferre al “no se puede” y al “aumento de sueldos CERO”. ¿Qué tal?
Según creo, no es necesario insistir en la pertinencia del reclamo salarial de los docentes del Chubut; no obstante digámoslo con total claridad: el salario que perciba un docente por un cargo o su equivalencia en horas cátedra debería ser suficiente para atender las necesidades de su grupo familiar; en caso contrario la labor docente deberá ser considerada una forma de sub empleo, changa o ayuda adicional para los ingresos de una familia. En este último caso, como gesto de mínima coherencia, los gobernantes deberían eliminar de su palabrerío toda alusión a la importancia que pretenden asignarle a la educación. Más fácil todavía: el salario docente (entiéndase bien: el salario de un cargo docente) debería cubrir el costo de la canasta familiar; a pesar de esta consideración, el reclamo actual dista bastante de esa pretensión.
Planteadas así las cosas llegamos al tema central de este comentario: la postura personal de cada colega. Rápidamente debo decir que, desde mi punto de vista, NO HAY NEUTRALIDAD POSIBLE. O se está a favor del reclamo o se está en contra, o lo que es igual se está a favor de la postura del Gobierno.
Demos un paso más para decir que todo aquel que adhiere al reclamo no debería hacer otra cosa que no fuera expresar esa adhesión. ¿De qué modo? A mi entender participando inequívocamente de las medidas que adopte el conjunto de compañeros. Aún así no voy a negar que con mucho esfuerzo puedo llegar a comprender ciertas condiciones particulares que dificultan dicha participación cuando se enfrenta la perversa venganza gubernamental en términos de descuentos. Admitiendo esa posible circunstancia todavía quedan muchas posibilidades para manifestarse; es cuestión de imaginación y sobre todo es cuestión de voluntad.
¿Qué dice el gobierno de los docentes que no adhieren a la lucha? Dice: “están de acuerdo con la postura oficial”. Y, como bien señala la sabiduría popular: “el que calla, otorga”.
Si vos con todo derecho adherís al punto de vista del Gobierno, no tengo nada para decirte, sólo me queda identificarte como aquel que está en la vereda de enfrente y, a pesar de todo, respetarte. Pero si coincidís en la imperiosa necesidad de dignificar el trabajo docente expresada en una inmediata recomposición salarial, entonces, ¡a manifestarlo!, como puedas, pero sin ambigüedades, porque en esta situación LA NEUTRALIDAD ES IMPOSIBLE.
* L.E. Nº 8.007.149
El domingo próximo pasado me tope en la televisión con una entrevista a Juan Carlos Tedesco; Ministro de Educación de la Nación, funcionario que no goza de mi simpatía. Sin embargo, para mi sorpresa, realizó dos afirmaciones que vale la pena resaltar. Una: que el principal factor para una correcta oferta educativa SON LOS DOCENTES; la otra: que debe destacarse la actitud de los gobiernos tanto de la ciudad como de la provincia de Buenos Aires en cuanto a retomar la discusión salarial con los docentes de sus jurisdicciones, agregando que es inaceptable que un gobierno se aferre al “no se puede” y al “aumento de sueldos CERO”. ¿Qué tal?
Según creo, no es necesario insistir en la pertinencia del reclamo salarial de los docentes del Chubut; no obstante digámoslo con total claridad: el salario que perciba un docente por un cargo o su equivalencia en horas cátedra debería ser suficiente para atender las necesidades de su grupo familiar; en caso contrario la labor docente deberá ser considerada una forma de sub empleo, changa o ayuda adicional para los ingresos de una familia. En este último caso, como gesto de mínima coherencia, los gobernantes deberían eliminar de su palabrerío toda alusión a la importancia que pretenden asignarle a la educación. Más fácil todavía: el salario docente (entiéndase bien: el salario de un cargo docente) debería cubrir el costo de la canasta familiar; a pesar de esta consideración, el reclamo actual dista bastante de esa pretensión.
Planteadas así las cosas llegamos al tema central de este comentario: la postura personal de cada colega. Rápidamente debo decir que, desde mi punto de vista, NO HAY NEUTRALIDAD POSIBLE. O se está a favor del reclamo o se está en contra, o lo que es igual se está a favor de la postura del Gobierno.
Demos un paso más para decir que todo aquel que adhiere al reclamo no debería hacer otra cosa que no fuera expresar esa adhesión. ¿De qué modo? A mi entender participando inequívocamente de las medidas que adopte el conjunto de compañeros. Aún así no voy a negar que con mucho esfuerzo puedo llegar a comprender ciertas condiciones particulares que dificultan dicha participación cuando se enfrenta la perversa venganza gubernamental en términos de descuentos. Admitiendo esa posible circunstancia todavía quedan muchas posibilidades para manifestarse; es cuestión de imaginación y sobre todo es cuestión de voluntad.
¿Qué dice el gobierno de los docentes que no adhieren a la lucha? Dice: “están de acuerdo con la postura oficial”. Y, como bien señala la sabiduría popular: “el que calla, otorga”.
Si vos con todo derecho adherís al punto de vista del Gobierno, no tengo nada para decirte, sólo me queda identificarte como aquel que está en la vereda de enfrente y, a pesar de todo, respetarte. Pero si coincidís en la imperiosa necesidad de dignificar el trabajo docente expresada en una inmediata recomposición salarial, entonces, ¡a manifestarlo!, como puedas, pero sin ambigüedades, porque en esta situación LA NEUTRALIDAD ES IMPOSIBLE.
* L.E. Nº 8.007.149
Nota relacionada: Opinión: “Con la cancha embarrada”
1 Comentá esta nota:
Moli: hago una reverencia ante tu lucidez y fuerza, mucho más honrosa porque pudiendo estar cómodo en la mecedora del que "ya fue y volvió" seguis marchando a la par de los jóvenes que estamos empezando a luchar. Muchas gracias. Tu apoyo es muy importante.
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