Por José Fernando Nuño *
Para el procurador general Eduardo Samamé sería más que difícil volver -como ha manifestado públicamente- al cargo del que fue desplazado por iniciativa del gobernador Mario Das Neves, mediante juicio político, en virtud que se ha jubilado.
Esto lo aseveran dos fuentes del foro que consulté, una dentro del juicio de la Megacausa y la otra en un coqueto estudio jurídico de la calle Roca y dicen que no es nuevo, que gana una muy buena jubilación y que toma café en el ACA en Esquel.
Por eso llama la atención la movida del juez Jorge Pfleger, en el Superior Tribunal, de formar un tribunal ad hoc con camaristas civiles del séptimo piso de postribunales de Trelew, para tratar la impugnación o casación al jury que lo removió, ya que habiéndose jubilado como procurador no podría volver al cargo porque es como si hubiese renunciado.
De cualquier manera, aun así, si el STJ o la Suprema Corte dieran vuelta el fallo del jury, a lo sumo podría recuperar los honorarios caídos desde que fue suspendido, pero nunca el sillón de la planta baja del edificio de la Corte provincial, que tanto añora.
Esto dicho sin querer ofender al magnifico abogado y político que es, aunque soberbio -de eso lo acusan- más allá de lo que dicen los imputados y sus defensores de la Megacausa, por la movida que se mandó para mandarlos al tacho con la ayuda del inescrupuloso ex juez Ricardo Basíliko, que primero fue su leal servidor y luego terminó hundiéndolo en el jury como testigo, porque él le prohibió hasta que fuera a visitar a su padre enfermo.
Lo extraño es que habiendo declarado con fueros de procurador por escrito ahora que hace rato los ha perdido, nadie lo cita en vivo y en directo como testigo, ya que fue director del Banco y acusador o armador de la acusación, junto con la ex fiscal cordobesa Ana Casajús que huyó de la provincia, espantada por la –dice- persecución que tuvo cuando dejó de responder a las instrucciones de la procuración y abrió una tienda en Córdoba.
Que nada de esto afecta al buen nombre y honor del señor Samamé, es un resabio remanso de sus connotaciones ahora que ha vuelto al llano.
* DNI 5.192.940
Periodista de Trelew en el Poder Judicial no dependiendo del presupuesto del Estado
Para el procurador general Eduardo Samamé sería más que difícil volver -como ha manifestado públicamente- al cargo del que fue desplazado por iniciativa del gobernador Mario Das Neves, mediante juicio político, en virtud que se ha jubilado.
Esto lo aseveran dos fuentes del foro que consulté, una dentro del juicio de la Megacausa y la otra en un coqueto estudio jurídico de la calle Roca y dicen que no es nuevo, que gana una muy buena jubilación y que toma café en el ACA en Esquel.
Por eso llama la atención la movida del juez Jorge Pfleger, en el Superior Tribunal, de formar un tribunal ad hoc con camaristas civiles del séptimo piso de postribunales de Trelew, para tratar la impugnación o casación al jury que lo removió, ya que habiéndose jubilado como procurador no podría volver al cargo porque es como si hubiese renunciado.
De cualquier manera, aun así, si el STJ o la Suprema Corte dieran vuelta el fallo del jury, a lo sumo podría recuperar los honorarios caídos desde que fue suspendido, pero nunca el sillón de la planta baja del edificio de la Corte provincial, que tanto añora.
Esto dicho sin querer ofender al magnifico abogado y político que es, aunque soberbio -de eso lo acusan- más allá de lo que dicen los imputados y sus defensores de la Megacausa, por la movida que se mandó para mandarlos al tacho con la ayuda del inescrupuloso ex juez Ricardo Basíliko, que primero fue su leal servidor y luego terminó hundiéndolo en el jury como testigo, porque él le prohibió hasta que fuera a visitar a su padre enfermo.
Lo extraño es que habiendo declarado con fueros de procurador por escrito ahora que hace rato los ha perdido, nadie lo cita en vivo y en directo como testigo, ya que fue director del Banco y acusador o armador de la acusación, junto con la ex fiscal cordobesa Ana Casajús que huyó de la provincia, espantada por la –dice- persecución que tuvo cuando dejó de responder a las instrucciones de la procuración y abrió una tienda en Córdoba.
Que nada de esto afecta al buen nombre y honor del señor Samamé, es un resabio remanso de sus connotaciones ahora que ha vuelto al llano.
* DNI 5.192.940
Periodista de Trelew en el Poder Judicial no dependiendo del presupuesto del Estado
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