lunes, mayo 18, 2009

Cuando se van apagando las luces: homenaje a Mario Benedetti, por Emilio Alfredo Bolado

Por Emilio Alfredo Bolado
Foto: Crítica de la Argentina


Para quienes somos amantes de la poesía, y de varias otras cosas más, creo que compartirán que ha muerto un genio, de esos que saben que no hay fronteras, sólo distancias, más cortas, más largas, pero sólo tenemos distancias entre los hombres.

Mario Benedetti fue uno de los poetas, intelectuales, militantes y escritores más comprometidos con su época, como pocos, pocos los que quedan; escribió sobre todo lo que sentía, sobre la vida, la muerte, las personas, los humanos, los inhumanos, las mujeres, los hombres, y los demás, no era capaz de maldecir sin una lección de por medio y amó todo lo que hizo como pocos seres, Mario Benedetti se hizo grande mucho antes de hacerse viejo, cosa que no muchos pueden conseguir.

Sus poesías, poemas, ensayos, escritos tenían la particularidad de reflejar su época con una profundidad y una sencillez capaz de conmover a cualquiera, de vocabulario sencillo, comprensivo, profundo y casi siempre optimista le entregó su vida a las letras, a los versos a la rima, a los dolores de cabeza para entenderlo en mas de una vez, creía por lo que luchaba, y luchaba por lo que creía, su vida ha sido un capicúa.

Murió un hombre, y nació otro, nada de mitos, nada de ídolos ni leyendas, no me lo hubiera permitido, si se enterara, él creía en el hombre y por eso es bueno reconocerlo como tal.

Estaba lleno de amigos y de gente que lo admiraba y mucha otra que seguramente nunca lo entendió, a esos que mal llamamos enemigos…

Escribió mas de 180 poesías de entre las mas reconocidas pasando por todos los temas por los que cualquier hombre que se llame pensador o razonable pudiera inquietarle, con la delicadeza de dejar siempre la cabeza caliente, de quienes teníamos el gusto de leerlo y por ello pretender conocerle…un poco.

Cuando las personas como Mario Benedetti se van, vuelven reencarnados en miles de personas o millones que lo han leído que lo han contemplado a través de sus escritos y pensamientos, su falta de fronteras nos invita a contemplar la capacidad de tener siempre un sueño infinito, al escribir de otros tiempos de otras historias lejanas a la nuestra, invitándonos a recordar y por ello mas de una vez a querer olvidar, era un escritor sin tiempo, ni espacios; claro que se permitía la osadía de soñar y que tenía el don de contagiarlo a los demás.

Seguramente quedará el tiempo de las cosas inconclusas y nacerán nuevos poetas y pretenciosos analistas de su prosa y de sus escrituras, pero Mario era un hombre libre, condición necesaria para la genialidad preso de sus inquietudes, sus deseos y su sueño…que por ser infinito será necesariamente Eterno.

Mario Benedetti, Gracias
14-09-1920 – 17 – 05 – 2009

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