Por CTA Regional Noroeste de Chubut
Ante los recientes acontecimientos de público conocimiento y que involucran la participación de fuerzas policiales y de seguridad, como los de aquellos que merecen las voces mediáticas de las autoridades políticas de la Provincia, queremos y pretendemos, sobre todo, enfrentar y desnaturalizar el discurso oficial que apunta a que el autoritarismo, la pelea personal y la estigmatización de la juventud, tengan consenso y sean moneda corriente entre la sociedad.
Ya no es llamativo ni aislado el encadenamiento de estos hechos y su escalada, también en la línea discursiva de la campaña política electoral, en el plano de los intentos de intervención del gobierno en la justicia y de la pretendida instalación del debate, por ahora sólo mediático, de la modificación de la edad de imputabilidad a los jóvenes.
Desde la represión a trabajadores de la educación para desalojarlos de un espacio público (que se sepa, los votos no le permite a ninguna autoridad ser propietario de los edificios públicos), con la utilización de balas de goma y gases, hasta la militarización abierta y desembozada de la zona de Corcovado, con persecuciones, amenazas permanentes, intimidaciones, desaparición de personas en democracia; pasando por la presencia de elementos de “seguridad privada” en la zona de la Comarca Andina contratados por los “nuevos propietarios” de tierras y campos, vinculados con el gobierno provincial y nacional, las torturas de detenidos, la aplicación del rigor del golpe y la apretada a menores de edad por parte de la policía como en los casos de Marillán y de un pibe de 11 años en Esquel, no son hechos que se den por el azar ni por la “emoción violenta” de algún efectivo de seguridad díscolo, no.
Son parte de una escalada en la imposición de un discurso autoritario y represivo, que criminaliza sobre todo a la juventud, y peor aún, que a un joven no se le vaya a ocurrir ser pobre, y menos de piel sospechosamente oscura: está destinado a ser estigmatizado y excluido.
No se trata de la vulneración de derechos humanos aislados, en cuanto tan solo de la amenaza, la intimidación, la tortura o la desaparición de personas. Los derechos humanos se violan sistemáticamente, todos los días, cuando sigue habiendo mano de obra barata para empresas fantasmas con planes de trabajo miserables, cuando se desaloja violentamente una ocupación de tierras, negando el acceso a la vivienda, cuando esas tierras van a parar a propiedad de algún amigo del gobierno de la manito administrativa del Estado, cuando se desconoce permanentemente los derechos laborales de los trabajadores precarizados, solo por citar los más ejemplos más cotidianos.
No se le hace difícil al gobierno llevar adelante esta política, contando con el servilismo de algunos medios de prensa y el silencio cómplice de gran parte de la dirigencia sindical, sobre todo en un periodo pre electoral donde no conviene hacer olas.
La ausencia de política estatal en este sentido la intentan resolver sobre los efectos: criminalizando a la juventud, buscando el consenso de la sociedad para imponer la mano dura, y de paso, con el miedo en la mano, se amortigua todo intento de protesta social.
Esquel, 15 de mayo de 2009.-
CENTRAL DE LOS TRABAJADORES DE LA ARGENTINA - REGIONAL NOROESTE DEL CHUBUT
FRENTE VECINAL ESQUEL
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Ya no es llamativo ni aislado el encadenamiento de estos hechos y su escalada, también en la línea discursiva de la campaña política electoral, en el plano de los intentos de intervención del gobierno en la justicia y de la pretendida instalación del debate, por ahora sólo mediático, de la modificación de la edad de imputabilidad a los jóvenes.
Desde la represión a trabajadores de la educación para desalojarlos de un espacio público (que se sepa, los votos no le permite a ninguna autoridad ser propietario de los edificios públicos), con la utilización de balas de goma y gases, hasta la militarización abierta y desembozada de la zona de Corcovado, con persecuciones, amenazas permanentes, intimidaciones, desaparición de personas en democracia; pasando por la presencia de elementos de “seguridad privada” en la zona de la Comarca Andina contratados por los “nuevos propietarios” de tierras y campos, vinculados con el gobierno provincial y nacional, las torturas de detenidos, la aplicación del rigor del golpe y la apretada a menores de edad por parte de la policía como en los casos de Marillán y de un pibe de 11 años en Esquel, no son hechos que se den por el azar ni por la “emoción violenta” de algún efectivo de seguridad díscolo, no.
Son parte de una escalada en la imposición de un discurso autoritario y represivo, que criminaliza sobre todo a la juventud, y peor aún, que a un joven no se le vaya a ocurrir ser pobre, y menos de piel sospechosamente oscura: está destinado a ser estigmatizado y excluido.
No se trata de la vulneración de derechos humanos aislados, en cuanto tan solo de la amenaza, la intimidación, la tortura o la desaparición de personas. Los derechos humanos se violan sistemáticamente, todos los días, cuando sigue habiendo mano de obra barata para empresas fantasmas con planes de trabajo miserables, cuando se desaloja violentamente una ocupación de tierras, negando el acceso a la vivienda, cuando esas tierras van a parar a propiedad de algún amigo del gobierno de la manito administrativa del Estado, cuando se desconoce permanentemente los derechos laborales de los trabajadores precarizados, solo por citar los más ejemplos más cotidianos.
No se le hace difícil al gobierno llevar adelante esta política, contando con el servilismo de algunos medios de prensa y el silencio cómplice de gran parte de la dirigencia sindical, sobre todo en un periodo pre electoral donde no conviene hacer olas.
La ausencia de política estatal en este sentido la intentan resolver sobre los efectos: criminalizando a la juventud, buscando el consenso de la sociedad para imponer la mano dura, y de paso, con el miedo en la mano, se amortigua todo intento de protesta social.
Esquel, 15 de mayo de 2009.-
CENTRAL DE LOS TRABAJADORES DE LA ARGENTINA - REGIONAL NOROESTE DEL CHUBUT
FRENTE VECINAL ESQUEL
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