lunes, junio 08, 2009

7 de junio: “¿Qué fue de aquellos periodistas de la verdad?”, por Ángel Daniel Morales


Por Ángel Daniel Morales *

“Si entre muchas verdades persigues una sola y la persigues ciegamente, ella se convertirá en falsedad, y vos, en un fanático”

Que yo recuerde de lo que aprendí en periodismo, la objetividad de la noticia era la única y la verdadera consigna ética. Era entonces, para quienes nos iniciábamos en el periodismo, hace unos cuantos años, la consigna. A esta altura de los acontecimientos la inescrutable realidad instala el interrogante ¿qué pasó con aquel concepto de ética periodística que aún se expresa en las universidades argentinas?

Haber trabajado por años en medios de comunicación me da la confianza para expresar que la existencia de luchas de poder dentro de los medios de comunicación en general, son las responsables de la información manipulada.

Por mi cabeza pasa esta realidad que tenemos para plantearme aquella realidad de los medios de comunicación que no es la misma de hoy. Y creo, esconden algo sobre aquello que se consideró valioso de la profesión del periodista: La ética y la objetividad.
¡Objetividad! ¡Información documentada! Fundada en la contrastable realidad de los hechos. Así era la cosa ¡Objetividad! Habrá que reconocer que no es fácil para el periodista de hoy. Porque, en definitiva, carga sus tintas según el viejo axioma “¿escribo a favor o en contra?”. En este contexto de la realidad la objetividad como vana intención.

Con todo esto, el periodismo perdió confianza.

El descreimiento generalizado de los medios llegó al hombre común. Hoy, no creer en el periodismo es corriente: “Exageran”, dice la gente. “Mienten”, exclaman los sectores. “Manipulan”, acotan los interesados. Son los términos afines sobre la realidad mediática. “No creas lo que dice la televisión”, aseveran en general. “Ese canal no tenés que mirarlo”, enfatizan los entendidos. “No los escuchés”, resalta el más indicado. Estas y otras sentencias son los conceptos de la desconfianza en los productos que producen los medios masivos de comunicación. Entiéndase por televisión argentina, la radio argentina incluso, la prensa escrita argentina.

Quizás la sociedad, en otro tiempo, toleró un cierto grado de periodistas vendidos y fabuladores pero no estaba preparada para sentar sus creencias en tantos comerciantes de la información. ¿Qué es lo que ocurrió? Algo cambio: los valores, las consignas éticas, la altura de los ideales por informar al pueblo. Es el Cambalache del gran Discépolo: “Da lo mismo que sea burro, colchonero, rey de bastos o polizón”. Leer más

* Periodista

2 Comentá esta nota:

hugo albarracín dijo...

me parece interesante un análisis desde ese lugar porque nos aclara a las personas que nos informamos lo que mucha veces da la sensación de incongruencia en determinados temas, incluso de una noticia en el mismo medio. Cambia de opinión com si nada. Muy bueno su opinión

Anónimo dijo...

El ejercicio del periodismo debería responder a la necesidad, en virtud del derecho a la información, de estar informados, con la mayor precisión posible, y permitir multiplicar la transmisión de esa información entre quienes, involuntariamente, carecen de acceso a Internet, no escuchan radio ( menos aún en época electoral, ya saturados), no compran diarios ni acceden a éstos vía Internet.Para ello, las pequeñas localidades, en muchos casos sometidas mayoritariamente al monopolio del único cable local, casi no tienen información amplia y válida de su entorno y, en muchos casos, se hartan incluso de buscarla.Si a eso se agrega la dedicación cotidiana, nada menos que a sobrevivir,con suerte, a trabajar ó algo así.Son muchos los temas que se silencian.

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