Enviado por Red de Solidaridad con Chiapas de Vicente López
Se puede discutir sobre las formas u oportunidades de hacer una denuncia contra el gobierno de Israel, pero lo que resulta inadmisible es apoyar la tentativa intencional y sistemática de reducir y estigmatizar a un grupo que critica la actual política del gobierno de Israel, y que cuenta con una larga trayectoria de lucha y un vasto trabajo comunitario, bajo la figura del antisemitismo.
En este sentido, la forma que adoptó la denuncia realizada contra el gobierno de Israel, realizada hace un par de semanas por las FAR, abrió la puerta para que la Justicia y los principales medios periodísticos confundieran acciones que repudian lo que el historiador judío Ilan Pappé caracteriza como "la deshumanización sionista de los palestinos y las brutales políticas de Israel en Gaza", con prácticas antisemitas. Sin embargo, a esta confusión inicial, le siguió luego una burda y deliberada manipulación, repetida hasta el hartazgo por los principales medios de comunicación, que hablaron de un “ataque antisemita”, aprestándose a criminalizar al grupo autor de la acción, y rápidamente a la organización territorial que está en la base de tal agrupación política.
En la Argentina hemos vivido prácticas antisemitas repudiables. Los militares genocidas admiraban a los jerarcas nazis y es sabido que los detenidos-desaparecidos de origen judío recibían en los campos de concentración de la última dictadura castigos adicionales debido a ello. Sin embargo, por aquellos años oscuros, gran parte de los medios de comunicación que hoy salen a denunciar de manera irresponsable un supuesto “brote antisemita”, se mantuvieron en silencio.
En razón de ello, consideramos que lo sucedido en las últimas semanas en Argentina resulta muy peligroso, en la medida en que señala la instalación de un nuevo umbral político, en el tratamiento de la conflictividad social.
En primer lugar, porque bajo la acusación de “ataque antisemita”, se ha iniciado una nueva campaña de criminalización y demonización contra las organizaciones sociales no oficialistas, que desembocó en la detención y encarcelamiento de numerosos militantes de base y el allanamiento de centros comunitarios, a través de increíbles alegatos realizados en nombre del art.23 del código penal, dirigido contra agrupaciones que pretenden “imponer sus ideas por la fuerza”. Así, a la acusación ya capciosa de “grupo antisemita”, le ha seguido ahora la superposición de la figura del “terrorista”, lo cual recuerda peligrosos aires de dictadura. Leer más
Primeras firmas
Maristella Svampa, Roberto Gargarella, Guillermo Cieza, Fernando Guzman,
Javier Rodriguez Pardo
Por favor, envíe su adhesión a la dirección dariovive.portal@gmail.com
Se puede discutir sobre las formas u oportunidades de hacer una denuncia contra el gobierno de Israel, pero lo que resulta inadmisible es apoyar la tentativa intencional y sistemática de reducir y estigmatizar a un grupo que critica la actual política del gobierno de Israel, y que cuenta con una larga trayectoria de lucha y un vasto trabajo comunitario, bajo la figura del antisemitismo.
En este sentido, la forma que adoptó la denuncia realizada contra el gobierno de Israel, realizada hace un par de semanas por las FAR, abrió la puerta para que la Justicia y los principales medios periodísticos confundieran acciones que repudian lo que el historiador judío Ilan Pappé caracteriza como "la deshumanización sionista de los palestinos y las brutales políticas de Israel en Gaza", con prácticas antisemitas. Sin embargo, a esta confusión inicial, le siguió luego una burda y deliberada manipulación, repetida hasta el hartazgo por los principales medios de comunicación, que hablaron de un “ataque antisemita”, aprestándose a criminalizar al grupo autor de la acción, y rápidamente a la organización territorial que está en la base de tal agrupación política.
En la Argentina hemos vivido prácticas antisemitas repudiables. Los militares genocidas admiraban a los jerarcas nazis y es sabido que los detenidos-desaparecidos de origen judío recibían en los campos de concentración de la última dictadura castigos adicionales debido a ello. Sin embargo, por aquellos años oscuros, gran parte de los medios de comunicación que hoy salen a denunciar de manera irresponsable un supuesto “brote antisemita”, se mantuvieron en silencio.
En razón de ello, consideramos que lo sucedido en las últimas semanas en Argentina resulta muy peligroso, en la medida en que señala la instalación de un nuevo umbral político, en el tratamiento de la conflictividad social.
En primer lugar, porque bajo la acusación de “ataque antisemita”, se ha iniciado una nueva campaña de criminalización y demonización contra las organizaciones sociales no oficialistas, que desembocó en la detención y encarcelamiento de numerosos militantes de base y el allanamiento de centros comunitarios, a través de increíbles alegatos realizados en nombre del art.23 del código penal, dirigido contra agrupaciones que pretenden “imponer sus ideas por la fuerza”. Así, a la acusación ya capciosa de “grupo antisemita”, le ha seguido ahora la superposición de la figura del “terrorista”, lo cual recuerda peligrosos aires de dictadura. Leer más
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