Por Humberto Kadomoto *
¿Queremos mantener el río El Corcovado o construir la represa La Elena?
¿Queremos mantener el río Senguerr o construir el dique Los Monos?
¿Queremos mantener el río Percy o construir la represa La Escondida?
Estos tres proyectos hidroeléctricos, impulsados principalmente por el gobierno Nacional, a través del influyente ministro Julio De Vido, cuentan con numerosos socios que sistemáticamente recorren nuestra localidades y nos entregan la “información oficial", de estos proyectos, haciendo siempre hincapié en los "beneficios" que traerán estos emprendimientos hidráulicos.
Cabe preguntarnos ¿será ésta la realidad o existirán otras consecuencias no tan beneficiosas asociadas?
La simple lectura de un diario del día miércoles 28 de mayo de 2009, en la vecina provincia de Neuquén, pionera junto a Río Negro en el represamiento de sus ríos, parece advertirnos que la "voz oficial" no nos cuenta toda la historia.
En el mencionado periódico, el director de Defensa Civil de la municipalidad de Neuquén se queja abiertamente antes las autoridades que "manejan las represas" ya que el río Limay durante el mes de abril y gran parte del verano llego a tener "secos" algunos de sus cauces, mientras que en estos momentos el mismo río inundó casas, balnearios y las zonas aledañas al mismo. Da como ejemplo, que en el día de ayer el Limay trajo un caudal promedio de 1.200 metros cúbicos por segundo, mientras que durante el verano y los primeros meses de otoño tuvo apenas 170 metros cúbicos por segundo. Lo peor es que esperan tener unos 1.600 metros cúbicos.
¿Tenemos idea lo que significa para la flora, la fauna, los sedimentos, las orillas, los pobladores aledaños semejante variación de caudales en tan poco tiempo?
Pero claro, todo es justificable desde el momento en que decidimos efectuar un “manejo del río”. Luego de construidos estos emprendimientos, el río se manejará con fines netamente "económicos", o sea que, si el agua es el "combustible" para generar energía, cuando haya escasez la guardaremos en el embalse y cuando sobre la "soltaremos aguas abajo". Deberíamos plantearnos la posibilidad de generar energía con menor impacto y discutir "para qué y para quiénes" necesitamos esa energía.
Un conflicto similar sucedería si pretendiéramos solucionar el problema del abastecimiento de agua represando un río, sin discutir "hasta dónde podemos usarlo y cuánta agua nos permite utilizar", o sea discutir la forma de consumir el agua.
A fines de año pasado los propietarios y pobladores ubicados a la orilla del río Futaleufú o Grande, cuyo “nacimiento” se ubica en las compuertas del complejo hidroeléctrico, daban cuenta de la difícil situación que pasaron.
El diario Jornada, en su edición del día 2 de noviembre de 2008, describía los daños ocasionado a los pobladores de Río Futaleufú, afectados por la inundación provocada por el "MANEJO" del río.
Según la nota periodística, el agua les provocó graves daños en sus campos. Animales muertos, pasturas deterioradas, alambrados arrasados, productos forestales desparramados a varios kilómetros, viviendas completamente anegadas y hasta hubo que auxiliar a personas que quedaron aisladas. El detonante habría sido la repentina crecida del río. Las pérdidas fueron expuestas en declaraciones juradas de los propietarios y constatadas después por funcionarios del Gobierno provincial y técnicos especializados.
Entonces:… ¿no sería bueno comenzar a informarnos sobre las consecuencias (favorables y desfavorables) de estos emprendimientos en todos sus aspectos antes que salgamos apurados a opinar cuando falten pocos días para la audiencia pública?
Sólo hay una cosa que no merece discusión: La VOZ OFICIAL no nos cuenta siempre TODA la historia.
* DNI 17.823.940
¿Queremos mantener el río El Corcovado o construir la represa La Elena?
¿Queremos mantener el río Senguerr o construir el dique Los Monos?
¿Queremos mantener el río Percy o construir la represa La Escondida?
Estos tres proyectos hidroeléctricos, impulsados principalmente por el gobierno Nacional, a través del influyente ministro Julio De Vido, cuentan con numerosos socios que sistemáticamente recorren nuestra localidades y nos entregan la “información oficial", de estos proyectos, haciendo siempre hincapié en los "beneficios" que traerán estos emprendimientos hidráulicos.
Cabe preguntarnos ¿será ésta la realidad o existirán otras consecuencias no tan beneficiosas asociadas?
La simple lectura de un diario del día miércoles 28 de mayo de 2009, en la vecina provincia de Neuquén, pionera junto a Río Negro en el represamiento de sus ríos, parece advertirnos que la "voz oficial" no nos cuenta toda la historia.
En el mencionado periódico, el director de Defensa Civil de la municipalidad de Neuquén se queja abiertamente antes las autoridades que "manejan las represas" ya que el río Limay durante el mes de abril y gran parte del verano llego a tener "secos" algunos de sus cauces, mientras que en estos momentos el mismo río inundó casas, balnearios y las zonas aledañas al mismo. Da como ejemplo, que en el día de ayer el Limay trajo un caudal promedio de 1.200 metros cúbicos por segundo, mientras que durante el verano y los primeros meses de otoño tuvo apenas 170 metros cúbicos por segundo. Lo peor es que esperan tener unos 1.600 metros cúbicos.
¿Tenemos idea lo que significa para la flora, la fauna, los sedimentos, las orillas, los pobladores aledaños semejante variación de caudales en tan poco tiempo?
Pero claro, todo es justificable desde el momento en que decidimos efectuar un “manejo del río”. Luego de construidos estos emprendimientos, el río se manejará con fines netamente "económicos", o sea que, si el agua es el "combustible" para generar energía, cuando haya escasez la guardaremos en el embalse y cuando sobre la "soltaremos aguas abajo". Deberíamos plantearnos la posibilidad de generar energía con menor impacto y discutir "para qué y para quiénes" necesitamos esa energía.
Un conflicto similar sucedería si pretendiéramos solucionar el problema del abastecimiento de agua represando un río, sin discutir "hasta dónde podemos usarlo y cuánta agua nos permite utilizar", o sea discutir la forma de consumir el agua.
A fines de año pasado los propietarios y pobladores ubicados a la orilla del río Futaleufú o Grande, cuyo “nacimiento” se ubica en las compuertas del complejo hidroeléctrico, daban cuenta de la difícil situación que pasaron.
El diario Jornada, en su edición del día 2 de noviembre de 2008, describía los daños ocasionado a los pobladores de Río Futaleufú, afectados por la inundación provocada por el "MANEJO" del río.
Según la nota periodística, el agua les provocó graves daños en sus campos. Animales muertos, pasturas deterioradas, alambrados arrasados, productos forestales desparramados a varios kilómetros, viviendas completamente anegadas y hasta hubo que auxiliar a personas que quedaron aisladas. El detonante habría sido la repentina crecida del río. Las pérdidas fueron expuestas en declaraciones juradas de los propietarios y constatadas después por funcionarios del Gobierno provincial y técnicos especializados.
Entonces:… ¿no sería bueno comenzar a informarnos sobre las consecuencias (favorables y desfavorables) de estos emprendimientos en todos sus aspectos antes que salgamos apurados a opinar cuando falten pocos días para la audiencia pública?
Sólo hay una cosa que no merece discusión: La VOZ OFICIAL no nos cuenta siempre TODA la historia.
* DNI 17.823.940
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Hay alternativas, incluso hidráulicas. Palena, Chaitén, Futaleufú se abastecen através de una turbina "de paso" (sin embalse) de 2MW. Sería bueno que Humberto de los nombres de esos socios que recorren nuestras localidades. Gracias
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