Por Nívea Benitez
Por estos días el miedo a contraer gripe nos remite al tema de la higiene.
Todo se nos hace poco para asegurar la prevención, como si fuera posible tener el control del virus.
Entonces, mucha de la misma gente que se arranca los pelos porque en el super no hay alcohol en gel “y que vergüenza mire vea”, sigue soltando el perro para que rompa las bolsas de basura o haga caca en las veredas del vecindario, acá, en una de las regiones del mundo con alto índice de Hidatidosis.
Simplemente sucede, aunque los vecinos de buena voluntad lo digan una y otra vez, o los empleados de la perrera municipal se lleven a los perros sueltos. Cuesta mucho erradicar un mal hábito.
Nos encanta tener una mascota pero la parte de la mascota que huele mal se la “obsequiamos de prepo” al vecindario.
Igual actuamos con nosotros: yo sólo reconozco de mí lo que aparento, lo que me apruebo, lo que huele a desodorante. Con lo otro que disimulo y escondo, no sé qué hacer ni adónde tirarlo.
Hay una ley espiritual que dice “como es adentro es afuera”.
Por eso los maestros espirituales, desde tiempos inmemoriales machacan con que “los cambios se hacen primero adentro y luego se manifestarán afuera, sin esfuerzo”.
Pero cómo se hace? Cómo nos limpiamos adentro? Habrá que tomar agua con 5 gotitas de lavandina?
Los malos pensamientos y sentimientos negativos son tan poderosos como las acciones destructivas. Pero podemos elegir en qué concentrarnos y de qué nutrirnos para lavarnos por adentro. Hasta podemos comer comida saludable y tomar bastante agua.
Literalmente puedo apagar la tele, apagar la radio o irme de un lugar dónde estoy molesto para hacer otra cosa o para no hacer nada y simplemente estar conmigo, en silencio, sin entretenerme “en otra cosa”.
Recordando momentos felices y mirando cosas bellas, aumenta el bienestar personal.
Siempre hay algo lindo y bueno para destacar, sólo que nos falta entrenamiento para descubrirlo. Cada dificultad tiene innumerables posibilidades de superación.
Cada obstáculo contiene muchas oportunidades de explorar caminos nuevos.
Nívea Benitez
Nota relacionada: “Síganme los buenos”, por Nívea Benitez
Por estos días el miedo a contraer gripe nos remite al tema de la higiene.
Todo se nos hace poco para asegurar la prevención, como si fuera posible tener el control del virus.
Entonces, mucha de la misma gente que se arranca los pelos porque en el super no hay alcohol en gel “y que vergüenza mire vea”, sigue soltando el perro para que rompa las bolsas de basura o haga caca en las veredas del vecindario, acá, en una de las regiones del mundo con alto índice de Hidatidosis.
Simplemente sucede, aunque los vecinos de buena voluntad lo digan una y otra vez, o los empleados de la perrera municipal se lleven a los perros sueltos. Cuesta mucho erradicar un mal hábito.
Nos encanta tener una mascota pero la parte de la mascota que huele mal se la “obsequiamos de prepo” al vecindario.
Igual actuamos con nosotros: yo sólo reconozco de mí lo que aparento, lo que me apruebo, lo que huele a desodorante. Con lo otro que disimulo y escondo, no sé qué hacer ni adónde tirarlo.
Hay una ley espiritual que dice “como es adentro es afuera”.
Por eso los maestros espirituales, desde tiempos inmemoriales machacan con que “los cambios se hacen primero adentro y luego se manifestarán afuera, sin esfuerzo”.
Pero cómo se hace? Cómo nos limpiamos adentro? Habrá que tomar agua con 5 gotitas de lavandina?
Los malos pensamientos y sentimientos negativos son tan poderosos como las acciones destructivas. Pero podemos elegir en qué concentrarnos y de qué nutrirnos para lavarnos por adentro. Hasta podemos comer comida saludable y tomar bastante agua.
Literalmente puedo apagar la tele, apagar la radio o irme de un lugar dónde estoy molesto para hacer otra cosa o para no hacer nada y simplemente estar conmigo, en silencio, sin entretenerme “en otra cosa”.
Recordando momentos felices y mirando cosas bellas, aumenta el bienestar personal.
Siempre hay algo lindo y bueno para destacar, sólo que nos falta entrenamiento para descubrirlo. Cada dificultad tiene innumerables posibilidades de superación.
Cada obstáculo contiene muchas oportunidades de explorar caminos nuevos.
Nívea Benitez
Nota relacionada: “Síganme los buenos”, por Nívea Benitez
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