viernes, junio 04, 2010

Día Mundial del Ambiente: FVS advierte que en dos años no habrá más pesca de merluza

Por Fundación Vida Silvestre

En el Día Mundial del Ambiente (5 de junio) y en vísperas del Día Mundial de los Océanos (8 de junio), la Fundación Vida Silvestre Argentina lanza una enfática advertencia sobre el estado de la merluza común. La organización ambientalista remarcó la sobreexplotación de este recurso que, en 20 años, disminuyó 80% su población, y que forma parte del patrimonio natural marino que pertenece a todos los argentinos.

La pesca es una de las principales actividades productivas que se desarrolla en nuestro mar pero, también, es su principal fuente de amenazas. A nivel mundial, tres de cada cuatro pesquerías comerciales fueron sobreexplotadas. Y, esta situación, no es ajena en el mar argentino, donde varios de sus principales recursos pesqueros están dando claras señales de agotamiento.

La merluza común, la columna vertebral de nuestro sistema pesquero, es un ejemplo. En tan sólo 20 años, se agotó más del 80% de su población, afectando toda la estructura del recurso y la estabilidad de decenas de empresas, que sostienen más de 20 mil puestos de trabajo (directos y en blanco) a lo largo de más 40 comunidades costeras de nuestro país.

“Argentina necesita conciliar sus necesidades de desarrollo con un uso sustentable de los recursos y ambientes naturales. Por eso, necesitamos promover actividades productivas que articulen las dimensiones económica, social y política con la variable ambiental. Lamentablemente, esto no está sucediendo en nuestro mar”, explicó Diego Moreno, Director General de la Fundación Vida Silvestre Argentina.

Medidas que no miden

Las dos amenazas principales de la merluza son la sobrepesca (pescar más peces de los que se regeneran anualmente) y la captura de peces juveniles (pescar ejemplares antes de su primera reproducción). A principios de 2010, lejos de resolver ambos problemas, el Consejo Federal Pesquero (CFP) autorizó capturas de merluza 30% superiores a la cantidad recomendada para recuperar el recurso y prorrogó, por tercera vez, la suspensión del dispositivo de selectividad usado en las redes de pesca para liberar a los ejemplares pequeños.

Luego de casi 500 días sin protección de juveniles, el CFP recientemente anunció que volverá la obligatoriedad del uso de estos dispositivos. Sin embargo, Vida Silvestre considera que la medida será ineficaz por varios motivos:

* No hay intenciones de reducir la captura de merluza permitida para este año, ignorando los riesgos asociados a la sobrepesca, en relación al estado del recurso.

* Se estableció el uso obligatorio de alguno de los cuatro dispositivos de selectividad permitidos, a partir del 10 de junio. Dos de ellos (Dejupa y Flexigrid), son los recomendados por el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP). Los otros dos (T90 y mallas cuadradas) ya fueron evaluados por el INIDEP, en un caso, con resultados negativos.

* Las empresas cuestionan el uso de los dispositivos de selectividad por diversas razones, sin admitir lo que todo el sector conoce: si pescan menos juveniles se quedan sin negocio.

* El uso obligatorio de los dispositivos de selectividad es solo una medida preliminar que se extenderá hasta el 15 de octubre, fecha en la que normalmente la flota ya pescó alrededor del 80% de las capturas permitidas.

* Los anuncios realizados no están acompañados de hechos concretos y señales claras de cambios efectivos en los sistemas de control, que permitieron un 40% de sub-declaración y descartes (tirar pescado por la borda) hasta diciembre de 2009.

El estado del recurso es crítico. Antes no quedaban adultos. Ahora se sabe que también quedan pocos juveniles. El 10 de junio se inicia una nueva etapa en el sector, en la que se apuesta al patrimonio de toda la sociedad de la mano de grandes discursos, pocos hechos y ningún resultado. Vida Silvestre considera que es imprescindible tomar medidas urgentes para limitar la captura y proteger a los juveniles, en forma efectiva.

“El 15 de octubre será otra instancia donde se pondrán en juego intereses sectoriales y presiones tendientes a continuar con este modelo de pesca irracional y no sustentable que, tarde o temprano, va a derivar en el colapso de la pesquería. Si eso ocurre, empresas cerradas y miles de trabajadores desempleados serán el argumento para pedirle a la sociedad un nuevo esfuerzo a través de subsidios. Esto podría evitarse si se toman decisiones contundentes, ya”, sostuvo Guillermo Cañete,Coordinador del Programa Marino de Vida Silvestre..

Vida Silvestre propone la necesidad de pensar un nuevo modelo pesquero sustentable, que asegure mares sanos y productivos, con el fin de sostener miles de puestos de trabajo, una valiosa fuente de alimentos y la estabilidad comercial de un sector que puede generar más de mil millones de dólares anuales por exportaciones.

Los argentinos tenemos el derecho a “gozar de un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes, sin comprometer las de las generaciones futura”, como lo establece el artículo 41 de nuestra Constitución.

“No tenemos evidencias de que se quiera desarrollar un modelo pesquero sustentable en el largo plazo, ni se han implementado medidas efectivas que eviten un colapso pesquero en el corto plazo. Si continúa la pesca indiscriminada de merluza juvenil y las condiciones ambientales no favorecen su reproducción, la pesquería de merluza podría colapsar en dos años. Por lo tanto, si las autoridades no van a evitar el colapso, al menos, deberían advertir y planificar un plan para contener las consecuencias sociales y económicas que esto acarrearía”, sostuvo Guillermo Cañete.

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