jueves, diciembre 08, 2011

Opinión: “La antojadiza construcción de la realidad”, por Pablo Quintana

Por Pablo Quintana *

“…los medios de comunicación nos muestran lo que ellos quieren que ocurra (…), disparan imágenes que reproducen el sistema (…) nos muestra las altas cumbres y en ellas delata la tilinguería y el mal gusto de los triunfantes cazadores de dinero”. Eduardo Galeano.


La historia vuelve a repetirse. El pasado domingo miles de vecinos de esta ciudad se manifestaron por las calles de la ciudad. El episodio pasó desapercibido para los dos diarios provinciales que tienen agencias en Esquel. Para esta ciudad cordillerana, la masiva movilización de los vecinos no fue un hecho inadvertido. Acompañados de banderas y una fuerte batucada, niños, jóvenes y grandes marcharon una vez más desde la plaza general San Martín para recorrer las calles de la apacible localidad cordillerana. Se recordaban 9 años de la movilización que un 4 de diciembre pero del 2002 se hizo para dictaminar en una “audiencia pública popular” que el emprendimiento minero, que en aquél entonces pretendía desarrollar Meridiand Gold (hoy Yamana Gold), era rechazado.

Fue otro de los hitos en la construcción social y comunitaria que edificó esta ciudad en su historia reciente y de la que se hicieron ecos medios nacionales e internacionales. Pero la movilización del último 4 de diciembre tenía también como propósito recordarles a los promotores mineros que la conciencia colectiva está más viva que nunca.

Inexplicablemente los dos diarios de tirada provincial, con jugosas pautas oficiales, decidieron obviar la expresión comunal. En un nuevo acto por ningunear y hacer desaparecer las manifestaciones populares, los medios que responden a los grupos políticos-económicos, pretenden hacer una construcción de la realidad que les choca en las narices.

La edificación de ese escenario mediático tiene hasta expresiones caprichosas. En su afán por fabricar sus postulados, el diario Jornada publicó dos días después de llevada a cabo la masiva movilización una nota en la que destaca el “Apoyo empresario a la alternativa de la minería en la Meseta Central”. En ella refleja que ese mismo fin de semana, cuando miles de vecinos, mundanos, comunes, apacibles circulaban por las calles de la ciudad -y que el propio matutino decidió ignorar-, la FECh se reunía en algún punto de la ciudad, sin mencionar lugar y mucho menos actores de la misma. La deficiente crónica sólo menciona en declaraciones a José María Aguirre, un joven comerciante que responde al vicepresidente de la entidad, Jorge Castillo y colocado como presidente de la Cámara de Comercio de Esquel.

Castillo, junto con el actual vicegobernador Mario Vargas comandaban los destinos de esa Cámara cuando el conflicto minero se desató en esta ciudad allá por el 2002/2003. La misma entidad intermedia que apostó fuertemente al desarrollo minero. El comerciante que administra la firma Corralón Pasquini SRL afronta un juicio de la Municipalidad de Esquel por no haber tributado una millonaria deuda en concepto de ingresos brutos al fisco y es señalado aún como el hombre fuerte dentro de la Cámara esquelense.

Pero volviendo a la óptica de cierta prensa, en este contexto pareciera no tener cabida la denominada “deontología profesional periodística”. Aquel conjunto de normas específicas que regulan la conciencia del informador, con dos principios básicos: responsabilidad social y la veracidad informativa. La ética y los principios parecieran ser monedas devaluadas frente a las jugosas prebendas que promete el oro. Así, los deberes, reglas y normas de este oficio se van mancillando cada vez más.

Nobleza obliga destacar la cobertura que el diario local El Oeste brindó a lo sucedido el domingo, en la misma edición del lunes. Es curioso tener que subrayar la crónica de un episodio que por su impacto social era imposible no ver reflejada en las páginas de cualquier matutino que se precie de tal. Pero el nuevo escenario establece que habrá que comenzar a leer con detenimiento cada renglón que aparece y desaparece, porque ya no se trata de lo que puede esconder la letra chica sino de los espacios en blancos puestos al servicio de los lobbies mineros.

* Periodista – Conductor de La Tijereta (Radio Kalewche)

Nota relacionada: Esquel: más de mil personas marcharon en el noveno aniversario del movimiento No a la Mina

0 Comentá esta nota:

Publicar un comentario