Por Ecos de Saladillo
Se ha anunciado con bombos y platillos el descubrimiento de
un gen que confiere resistencia a la sequía y se lo señala como un éxito
científico tecnológico argentino.
Se trata de una investigación realizada en conjunto por la Universidad del
Litoral, el Conicet y la empresa Bioceres. Este descubrimiento cuenta con todo
el apoyo del gobierno nacional a través del Ministro de Ciencia y tecnología
Lino Barañao y por supuesto también de nuestra presidente Cristina
Kirchner. La empresa Bioceres tiene
como uno de los principales accionistas
al rey de la soja Gustavo Grobocopatel. Estamos, entonces, en presencia de una
alianza entre el Estado Argentino, nuestro Gobierno Nacional y uno de los
máximos sojeros del mundo. También es importante recordar que Bioceres fue
fundada por Víctor Trucco, ex presidente de AAPRESID (Asociación Argentina de
Productores de Siembra Directa), entidad encargada de distribuir soja
transgénica en todos los comedores
infantiles y de familias hambrientas en plena crisis del 2001 agravando aún más
la situación de desnutrición y que además
fue la entidad utilizada para difundir y consolidar el paquete
tecnológico de Monsanto no sólo en Argentina sino en toda Latinoamérica.
Pero más allá de estas cuestiones no menores, es interesante analizar el
pensamiento que lleva a nuestro Estado y Gobierno a defender estas posturas.
Ese pensamiento cortoplacista, que sólo busca dominar a la naturaleza. Este
pensamiento incapaz de convivir con los ciclos naturales y que por lo tanto
busca “hacerlos desaparecer” con un razonamiento lineal, simplista y además
totalmente superado por las evidencias científicas y por la debacle ecológica
que se observa en el mundo.
Evidencias científicas que han provocado que las grandes
corporaciones del campo abandonen sus
experimentos transgénicos en Europa y se trasladen a nuestros territorios por
el masivo rechazo que los alimentos y
experimentos transgénicos provocan en la población de aquellos lugares.
Debacle ecológica que se refleja crudamente en los más de
1000 millones de hambrientos que tiene el mundo, en la brutal pérdida de
biodiversidad y en el cambio climático provocado por la acción del hombre. Nota completa
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario