La policía chubutense tiene un prontuario de desapariciones,
asesinatos, represiones, infiltraciones, espionaje ilegal, torturas y
vejaciones que ya son tristemente conocidas en todo el país. Quizá aquel 2 de
octubre de 2003, últimos meses de la gobernación del radical José Luis
Lizurume, cuando fuera detenido Iván Torres en Comodoro Rivadavia, se inaugure
una nueva etapa en la espeluznante historia de esta institución represiva.
Desde entonces Iván se encuentra desaparecido. Su madre, la incansable María
Millacura, inició una lucha inclaudicable desde el día posterior a la detención
de su hijo a la actualidad. Lucha que trascendió las fronteras nacionales y
llegó hasta la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que condenó
al Estado argentino por la detención ilegal, tortura y desaparición forzada de
Iván. El próximo de 2 octubre se cumplirá una década ya de lucha por su
aparición con vida, por lo que se están organizando las actividades de cara a
esa fecha en Comodoro Rivadavia.
Lo que sigue son dos entrevistas que realizamos el pasado
jueves 5 de septiembre, en ocasión de la marcha por el tercer aniversario del
asesinato en manos de la policía del joven trelewense Julián Antillanca. En la
primera de ellas, María nos da un conmovedor relato de su historia de lucha.
Luego, entrevistamos a Verónica Heredia, una de las abogadas del caso, que nos
traza un panorama jurídico de cómo está la causa, las distintas etapas por la
que atravesó y las acciones a llevar adelante. Cabe recordar que el Estado
argentino no sólo hizo caso omiso a la sentencia de la CIDH, sino que se presta a
cambiar la carátula de la causa y realizar un juicio con la pretensión de
cerrar el caso en la más absoluta impunidad. Otra situación que marcó la
historia de este caso fueron diversas apariciones de fotos de Iván a lo largo
de estos 10 años. Todos estos temas los abordamos en profundidad en las
siguientes declaraciones.
LA LUCHA
DE MARÍA MILLACURA
A mi hijo lo
detuvieron el jueves 2 de octubre a las doce de la noche y lo llevaron a la
comisaría, lo cual el 3 de octubre lo empezaron a negar que no lo tenían.
Pasaron catorce días para que me puedan recibir la denuncia. Y de ahí empezó mi
lucha hasta el día de hoy. El 2 de octubre se cumplen diez años. Fue muy larga
la lucha, muy desgarradora, con una impotencia, un dolor tan grande, porque
tuve que pasar muchas instancias, enfrentarme a todos los integrantes de este
Estado argentino, empezando por los presidentes, cancillería, derechos humanos.
No hubo una organización en este bendito país y fuera del país que yo no le
haya pedido ayuda, hasta llegar a la Corte Interamericana.
Y para llegar a esos organismos hay que pasar muchas cosas, es muy triste.
¿Cuál fue el reclamo
en particular a la
Corte Interamericana de Derechos Humanos?
Que se condene al Estado para devolver a Iván con vida, como
se lo llevaron. Yo nunca, jamás, pedí recompensa, para nada, porque yo no
quiero dinero. Yo busco a mí hijo. Y mi lucha recién empieza. Yo le dí un largo
descanso. Tres años pasaron de que yo me quedé, no he hecho marchas, no he
hecho nada, esperando que la
Corte que condenó al Estado y esperando la respuesta del
Estado, la cual nunca la tuve hasta el día de hoy en lo más mínimo, provincial
ni nacional. Y eso que la Corte Interamericana le ordenó al Estado que
agotara todos los medios necesarios para llegar adonde tienen a Iván. Y le
dijeron que se capacitarían en un curso de derechos humanos, pero nada de eso
he tenido. Ahora quieren hacer un juicio sin Iván, cosa que yo lo repudio. No
lo voy a permitir.
¿Por qué quieren hacer este nuevo juicio?
Para que se termine
el caso. Pedido por el jefe de la policía que en su momento estaba, Fabián
Alcides Tillería.
¿Cuándo comenzaron las marchas?
La primera marcha la hicimos a los dos meses.
¿Ya se tenía indicios
de dónde podía llegar a estar?
Yo desde el día 2 de octubre supe que lo tenía la policía de
la Primera,
donde estuvo tres meses: octubre, noviembre y diciembre. Cuando en altas horas
de la noche del mes de diciembre fue el comisario Leonardo Fabio Bustos, que en
ese momento era Jefe de la
Brigada de Investigaciones, (ahora sigue siendo jefe y sigue
siendo segundo jefe de la
Unidad Regional de Comodoro), se hombre lo sacó a media noche
con otros dos policías más, lo cargó en su auto particular y se lo llevó. Y de
ahí nunca más lo han vuelto a ver las personas, los testigos, que están
declarando ante la
Corte Interamericana. Yo le escuché la vos a mí hijo, que me
dijo “mamá acá estoy”, cuando ellos lo negaban. Yo viví en la Primera un año y medio con
una casa de cartón, recibiendo todo caso de maltratos. Vivía adentro del hall
(haciendo click acá podés ver imágenes de cómo vivía María), en el cual fui
apuñalada y fui amenazada.
¿Apuñalada por quién?
Por los milicos, con
un cuchillo. Por qué hice una casita de cartón, porque ellos abrían todas las
puertas en invierno para que yo me muera de frío. Al mes que me llevaron mi
hijo me instalé por un mes. Después estuve dos meses, tres meses y después un
año y medio. Y ellos me amenazaban, me orinaban, me escupían, me ponían gases
lacrimógenos, me envenenaban el agua. Ahí tuve cáncer. Pasé por un cáncer
terrible, pero gracias a dios salí del cáncer. Nunca tuvieron piedad de mí.
Nota completa
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario